Gran éxito de la Jornada y presentación del libro «Oleadas de Esperanza» un proyecto de responsabilidad social de Reig Jofre y la Fundación Isabel Gemio
Especialistas en Microbiología Clínica y en Enfermedades Infecciosas y el Ministerio de Sanidad participan en la jornada Pasado, presente y futuro de los antibióticos, un proyecto de RSC de Reig Jofre y la Fundación Isabel Gemio
Las infecciones por bacterias causarán más muertes en el mundo por la resistencia a los antibióticos que el cáncer en el año 2050
- España, a la cabeza del mundo en consumo de antibióticos y de Europa, en incidencia por bacterias multirresistentes
- “Existen pacientes en hospitales españoles con infecciones graves frente a las que no hay ningún antibiótico eficaz”, advierte el Dr. José Miguel Cisneros, director de la Unidad de Gestión Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, y presidente de la SEIMC
- “Una infección por una bacteria multirresistente puede cuadruplicar los gastos de un paciente ingresado por una bacteria sensible a los antibióticos”, destaca el Dr. Rafael Cantón, jefe de Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal
- Carlos Lens, subdirector general de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, apela a la vía de la racionalidad en el uso de antibióticos y a evitar su consumo “por complacencia” o “por si acaso”
- Durante la jornada se presenta el libro “Oleadas de esperanza” de Lens, una novela histórica con la investigación y el desarrollo de los fármacos antiinfecciosos durante el siglo XX como trasfondo
- Cabe destacar que la recaudación íntegra de este libro, proyecto de RSC del laboratorio Reig Jofre, será destinada a la financiación de las líneas de investigación biomédica en distrofias musculares y otras enfermedades minoritarias de la Fundación Isabel Gemio.
- El libro puede adquirirse en:
Agencia Raíz:
raiz@raizcomunicacion.com Telf: 91 781 63 70
- PVP: 15.60 EUROS
Madrid, 16 de febrero de 2018.- Las infecciones por bacterias causarán más muertes por las resistencias a los antibióticos que el cáncer en el año 2050, convirtiéndose así en la primera causa de muerte por enfermedad en el mundo. Estas estimaciones, recogidas en el informe O’Neill presentado por el Gobierno británico en 2016, preocupan a los especialistas y dibujan un futuro “nada halagüeño”, según advierte el Dr. José Miguel Cisneros, director de la Unidad de Gestión Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.
“La situación actual es muy grave. Existen en estos momentos pacientes en hospitales españoles y en otros países desarrollados con infecciones graves frente a las que no hay ningún antibiótico eficaz. Es una realidad que ni siquiera podíamos imaginar en los años 90 donde se auguraba el final de las infecciones por bacterias por la capacidad formidable de desarrollo de nuevos antibióticos”, señala el también presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), quien participa hoy en la jornada Pasado, presente y futuro de los antibióticos, un proyecto de Responsabilidad Social Corporativa de Reig Jofre y la Fundación Isabel Gemio.
Según el Dr. Cisneros, “nos encontramos en una situación inesperada que se ha instalado de forma progresiva y no ha llamado la atención como sí lo hacen crisis sanitarias súbitas como la del Ébola, pero la magnitud que representa en muerte y sufrimiento es incomparable con estas crisis más mediáticas. Las resistencias a los antibióticos crecen sin cesar y se extienden con la globalización. Las estimaciones prevén millones de muertes y una vuelta a la época pre-antibiótica”.
Guerra biológica
El origen de la crisis, recuerda el especialista, está en una “guerra biológica” donde las bacterias se han hecho resistentes a los antibióticos de forma más rápida que el ser humano ha desarrollado nuevos antibióticos. “Hemos abusado de los antibióticos y minusvalorado a las bacterias, que han desarrollado mecanismos de resistencia muy eficaces”, explica el Dr. Cisneros.
Además, a su juicio, se han cometido más errores: “Los antibióticos son tan buenos que hemos pensado que son inocuos y no se ha tenido en cuenta su impacto ecológico. Hay países, como los nórdicos, con una conciencia muy clara y nítida de que los antibióticos sólo se deben tomar cuando están indicados por prescripción médica. No es el caso de España, que está a la cabeza del mundo en su consumo, y no hay razón climática, geográfica ni genética que lo justifique”.
Como consecuencia de este consumo “extraordinario e injustificable” de antibióticos, se ha producido, además de un mayor impacto ecológico, una mayor tasa de resistencias, insiste el especialista del Hospital Universitario Virgen del Rocío, que recalca que España también está a la cabeza de Europa en incidencia por bacterias multirresistentes.
Lo positivo, indica el Dr. Cisneros, es que el impacto ecológico de los antibióticos es reversible. “Si baja la presión antibiótica, bajan también las resistencias bacterianas, pero para ello los ciudadanos deben cambiar la cultura de la abundancia, y los profesionales, el chip para entender que los antibióticos no son inocuos y se están agotando. No tiene justificación que en España el consumo de amoxicilina clavulánico, el antibiótico con mayor impacto ecológico, sea 100 veces mayor que en Alemania”, denuncia y reclama financiación y formación a través de programas de optimización de antibióticos.
Impacto económico
Por su parte, el Dr. Rafael Cantón, jefe de Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, indica que el problema no sólo es de salud pública sino que tiene impacto económico. El Foro de Davos incluye las resistencias a los antibióticos y los recursos que habrá que destinar para combatirlas como uno de los factores que puede limitar el crecimiento económico del planeta.
Y es que, según este especialista, “una infección por una bacteria multirresistente puede cuadruplicar los gastos de un paciente ingresado por una bacteria sensible a los antibióticos, e incluso llegar a los 20.000 euros de más de gastos derivados de una estancia hospitalaria más larga, la necesidad de más atención médica y de enfermería, y el uso de antibióticos combinados”.
El Dr. Cantón insiste en la importancia de que las instituciones sanitarias con competencias y los Gobiernos se impliquen en los más planes desarrollados y que concedan más financiación. “Hay países que van por delante con planes excelentes como son Estados Unidos y Reino Unido. España tiene un buen plan, donde participan los profesionales, pero le falta descender al día a día, tener datos sobre qué antibióticos y cómo se consumen, y qué repercusiones tienen sobre las resistencias. España no aparece en los mapas de datos hospitalarios de consumo de antibióticos”, precisa.
Además, para este especialista, los programas de uso racional de antibióticos, donde trabajan microbiólogos, infectólogos, intensivistas, preventivistas y médicos de Atención Primaria, “necesitan más recursos y el apoyo de la Administración”, así como las iniciativas de búsqueda de nuevos antibióticos, donde ya se está trabajando “de forma muy seria”. En su opinión, también a nivel mundial han de mejorarse las condiciones higiénico-sanitarias para evitar la transmisión de microorganismos resistentes, y tener mejores diagnósticos y más rápidos para acertar con los antibióticos, sobre todo, en un panorama de multirresistencias. “Todas estas acciones deben estar coordinadas en los planes para que tengan éxito”, reclama.
Evitar la automedicación
Otras acciones, apunta el Dr. Cisneros, pasan por evitar el incumplimiento de los tratamientos y la automedicación por parte de los pacientes; respetar siempre la prescripción facultativa de forma que en ningún caso se puedan conseguir los antibióticos sin receta médica; y seguir trabajando para que España deje de estar a la cabeza del mundo en el consumo de antibióticos en animales que provoca que se introduzcan en la cadena alimentaria.
Para el presidente de la SEIMC, es muy importante que la industria farmacéutica esté recuperando la investigación de nuevos antibióticos, y que la UE financie la investigación mixta público-privada para desarrollar fármacos estratégicos como antibióticos activos frente a bacterias multirresistentes con proyectos como la Innovative Medicines Initiative (IMI).
Pero también es básico, a su juicio, que los médicos prescriptores aprendan a manejar mejor los antibióticos existentes con programas de optimización. “El volumen de conocimiento que la Ciencia produce sobre los antibióticos es extraordinario y la formación continuada de un especialista dedicada a estos medicamentos es marginal. Ello justifica un uso inapropiado en todo el mundo, en España en particular, a lo que se suma la circunstancia local de que no exista la especialidad de enfermedades infecciosas, que son los especialistas en antibióticos”, expone el Dr. Cisneros, que reclama que haya infectólogos formados por la vía MIR.
Racionalidad
Por último, Carlos Lens, subdirector general de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, apuesta por el camino de la racionalidad, utilizar sólo los antibióticos cuando es necesario y la indicación sea clara, y evitar su uso “por complacencia” o “por si acaso”, ya que ese “por si acaso” ha tenido un gran impacto ecológico, y ha generado mayor probabilidad de que se produzcan resistencias.
Para Lens, también autor del libro Oleadas de esperanza, una novela histórica con la investigación y el desarrollo de los fármacos antiinfecciosos durante el siglo XX como trasfondo, que se presenta en la jornada, clínicamente cada caso es diferente y “decir de entrada que no se utilicen es excesivo, más cuando cada hospital tendrá un protocolo de profilaxis distinto”. “Hay que encontrar el punto de equilibrio en el uso de los antibióticos, sabiendo que no existe el 100% de eficacia. Tendremos una eficacia de un 99,99%, pero un 0,01 de situaciones que se salgan de la normalidad, pero en Medicina es habitual”, concreta.
En su opinión, los antibióticos del futuro, “y ya del presente”, irán mucho más dirigidos contra cepas específicas y especialmente resistentes de microorganismos que causen problemas clínicos.
Sobre Reig Jofre
Fundada en 1929 en Barcelona, Reig Jofre es una compañía farmacéutica centrada en la investigación, el desarrollo, la fabricación y la comercialización de productos farmacéuticos y complementos nutricionales.
Reig Jofre dirige su actividad de I+D al desarrollo de nuevas indicaciones y/o formas farmacéuticas sobre principios activos conocidos, medicamentos genéricos con especial enfoque en antibióticos beta-lactámicos e inyectables, productos dermatológicos tópicos, OTCs y complementos nutricionales, así como al desarrollo de nuevas moléculas innovadoras en partenariado con start-ups y centros de investigación.
Reig Jofre cuenta con más de 900 empleados, 4 centros de desarrollo y producción en Europa (2 en Toledo, 1 en Barcelona y 1 en Suecia), venta directa en 7 países y más de 130 socios comerciales en 64 países del mundo. La compañía cerró 2016 con una cifra de negocios de 161 millones de euros. Reig Jofre cotiza en el mercado continuo de la bolsa española bajo el código RJF. Capital social: 64.153.178 acciones.
Sobre la fundación Isabel Gemio
La Fundación Isabel Gemio para la Investigación de Distrofias Musculares y otras Enfermedades raras, nació en 2008, y centra sus esfuerzos en financiar proyectos de investigación científica en enfermedades minoritarias.
Las Enfermedades Raras o minoritarias incluidas las de origen genético, son aquellas enfermedades con peligro de muerte o de invalidez crónica, que tienen una frecuencia o prevalencia baja, menor de 5 casos por cada 10.000 habitantes.
Bajo esta denominación se incluyen miles de enfermedades, que comparten una problemática común: presentan muchas dificultades de diagnóstico y seguimiento, tienen un origen desconocido en la mayoría de los casos, conllevan múltiples problemas sociales, existen pocos datos epidemiológicos, plantean dificultades en la investigación debido a los pocos casos, y carecen en su mayoría de tratamientos efectivos. En España se estima que existen tres millones de afectados.
Fuente: Agencia Raiz
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